lunes, 29 de julio de 2013

Still There

A un millón de kilómetros de casa. En alguna región del espacio dejado atrás, del asfalto que quemé al salir y alejarme, en ciertos puntos de luz que marqué para regresar. Tú sigues aquí por alguna razón que desconozco.
Te apareces con la charla banal de siempre y usas mi apatía para colarte.
Mientras el mar se muestra ante mí, sumiso y febril y me hacen una propuesta editorial por mi virginidad literaria y kamikaze. Mientras el mundo enferma de muerte y los aviones sobrevuelan el horizonte ante mis ojos.
Te apareces con un cierto gusto del pasado cercano y te filtras en mis vacíos.
Las chicas casadas siempre fueron más fáciles y tú, lo recuerdo bien, nunca has estado sola. Ni aquel tipo ni el que me siguió fueron capaces de llenarte. Nunca me creí indispensable.
Te apareces con el mismo canto de sirena de siempre y yo me recostó junto al mar.


sábado, 13 de julio de 2013

Redemtion

Os pienso, y no es por las ganas de veros ni siquiera de saber de vosotras. Os pienso por lo que fui, por aquello en lo que me convertía vuestra presencia.
Por las noches en el jardín y los besos en el asiento trasero.Por las alas y las ganas de volar. Los relojes y los senderos.
Los vasos vacíos y la compañía de la sal.
Os pienso pero sobre todo me pienso. Os deseo pero sobre todo añoro la tersura de la juventud es vuestra piel.
Por la luna puta y el lápiz de labios. Por la distante estructura que se adivinaba en vuestra clavícula.
El canto de los grillos y el rumor de calles vacías...
y lo demás pertenece al terreno de lo yermo y estéril.
Pero ahora si me disculpáis iré un momento al baño, porque he de llamar a las chicas fáciles para olvidar vuestras bocas y vestidos de verano. Oh, sí. He de llamarlas para que vengas subidas a su pretenciosa actitud y se dejen los tacones en la entrada de mi piso.
Sí, he de llamar a las chicas de sonrisa sencilla y las bragas en la mano, porque algo me debe de hacer olvidar que os quise aunque fuese a medias.







No lloro por ti,
no lloro por ti,
lloro por lo mucho que quería este momento,
aquí estás tú de rodillas y me importas un pimiento.



lunes, 1 de julio de 2013

Something New

Algo nuevo, me dice el tipo del sombrero rojo. Escribe algo nuevo y deja de copiar párrafos de ese pasado tuyo tan ampuloso y gris.
Yo asiento y me retrepo en el sillón.
Frente a nosotros, el mar se hincha en una especie de gemido indolente que huele a domingo por la mañana y días más… digamos flexibles y curvos… como de vacaciones. El cielo es una burbuja azulada que brilla con el óxido de los meses de invierno. Como combustible para otra década de ir y venir.
Las chicas del verano se han alejado sin decir amén. Se han largado sin despedirse y tras coger los billetes enrollados que guardábamos en la mesa de la cocina para tiempos mejores, han dado la espalda a cualquier posibilidad que fuera más allá de ciertos momentos de cama y ducha.
¿Y qué más da? No es que sean demasiado preocupantes los tiras y aflojas de los amores a medias. No es que se me vaya la vida entre tanto corazón-a-ralentí.

La dama de los puntos suspensivos, la adorable dueña de las verdades ocultas ya no pasa por aquí. Ya no deja sus punzantes palabras en el buzón y se aleja con la sonrisa colgada de la línea de las cejas como una aprendiz de musa venida a más.