sábado, 31 de agosto de 2013

(Una Bonita) Dicotomía

Y te masturbas puesto de caballo.
Te dejas la piel en cada palabra.
El mar se hincha y tú te dejas llevar.
Respiras el aire que ella inhala.
Arrancando esquirlas de alma en cada beso.
Tú tenías una escalera y yo quería creer.
El tiempo pasaba deprisa.
Las chicas se iban, sin mirar atrás.
Por casualidad subimos al mismo autobús.
Aquella tarde en que nevaba ceniza.
Por si regresas aquí tienes aquel tiempo.
Los ojos rasgados, el pelo revuelto.
Cazábamos sueños con tirachinas.
Este es el verso 14 y aún no te echo de menos.


viernes, 23 de agosto de 2013

Había Química

Hace mucho que no voy por allí. Ahora que los besos se cambiaron por mensajes de móvil y los pájaros no sobrevuelan más aquella playa, miro hacia el golfo y te pienso.
Casi  eramos invencibles y la distancia parecía un escalón más
Nos emborrachábamos con nuestras bocas y manteníamos la nariz limpia. Las dudas eran una muestra más y las palabras la brújula con que viajar.
Los dos lo sabíamos pero nos creíamos los más listos y lo dejamos pasar.
¿Que tal si nos vemos cuando todo se venga abajo y el mundo estalle?
Aún te tengo en las tripas aunque ahora no quemes.
Creo que siempre haremos buen equipo porque había química aunque la razón rompiera la cuerda.




domingo, 11 de agosto de 2013

Le Roi Des Rates

Escúchale roer los huesos que antes te servían de prisión.
Las uñas arañando el suelo.
Llegan de madrugada, casi sin esperar ser esperados.
Cómo soldados tendidos al sol en un campo de minas.
Pudriéndose bajo un cielo azul eléctrico.

La manada se largó hace tiempo y a ti sólo te quedo esta vieja manía
y el gusto por los cantantes folk.
El lúgubre sonido de la maquinaria sin parar de girar.
Ondas de choque elevándose mientras las sirenas entonan el bis.
Te dejas llevar...

jueves, 1 de agosto de 2013

One Summer Night

Calor.
Casi había olvidado el verano.
Madrugada. Hay 30 grados en esta parte del mundo a la que ya solo vuelvo para aplacar la memoria. La sábana es una telaraña bajo la que me asfixio mientras recorro el cielo a lomos de una pantalla con forma de luna. El vaso con té helado deja un circulo en la repisa de la ventana.
Las orugas tratan de evitar mis torpes intentos por volver 4 años atrás. A aquel verano. El único, en justicia, que sentí que el planeta giraba bajo mis pies. El único, en verdad, en que todavía me creía capaz de amar. Uno se cree de todo si la felicidad entra por el balcón de improviso.
También aquella chica de ojos tristes me evita desde la atalaya a la que subió aquella noche que la dejé. No soy gran cosa con las chicas últimamente. O las dejo yo o me dejan ellas...
Me emborracharía si eso aliviaría mi actitud y me diera aquel viejo aire melodrámatico que solía cultivar en las noches de insomnio. Te gustaba tanto verme salir de la tormenta con cada SMS o racha de viento.
Y ahora las palabras no valen nada. Ya no trenzó recuerdos a golpe de sílaba ni mojas las bragas cuando te escribo un mail desde el exilio al que me mandó el olvido. Y de cara voy justito y de perfil simulo lecciones al vuelo. ¿Qué le vamos a hacer?
Ya no sirve de nada apelar a tu recuerdo para masturbarme cuando el presente se me queda grande. Podía imaginar un final mejor pero eso sería dar la razón a los que me dicen que si estoy solo es porque quiero estarlo (eso me incluye a mí, me temo).
He pasado estas últimas semanas en este reino de ciegos siendo un tuerto que juega a ser mejor pero solo es tan listo como el resto.
No es que sea gran cosa cuando me saco el alma de la bolsa de trucos.
No es que me importe muchas cosas, es solo buena memoria.
Pero eso, tú ya lo sabías hace mucho.