Unas horas después, y a kilómetros de todo eso, los cantos de los pájaros compiten insistentemente con los grillos y en el cielo, la luna a medio preñar muestra su guiño complice y yo me arrellano en el sillón de mimbre del porche. Las estrellas comienzan a engarzarse en el azul eléctrico y una franja de oro inunda el horizonte del poniente. Pienso que hace no demasiado estuve en una casa bastante parecida a esta pero entonces yo me creía los cuentos del buen-amor-hecho-a-medida y los delfines me engañaban con verdades a medias.
¿Querrías irte conmigo a cualquier lugar?
Bla, bla, bla...
Quique gruñe en el iPod y yo leo a Cortazar. Pienso en sombras fugaces que se deslizan a mi espalda. Todas huyen a esconderse en la cotidaniedad de los sueños vendidos a cambio de control. Todas se marchitan si las pienso dos minutos seguidos. Todas son ahora sólo yesca que prende con facilidad.Bla, bla, bla...
Mientras en la ciudad que dejo atrás por un par de semanas, las maletas se desperezan sobre el armario y el pasaporte susurra sueños pasados desde el cajón de la cómoda con sólo pensarlo.
Pues menudo contricante te has buscado...eh ;)
ResponderEliminarBesos de guerra o de paz..según se vea.
Tito tq
Ya, sobrina, pero así me aseguro que gano sí o sí... ^-^
ResponderEliminarbesos desde la montaña
Es bueno eso de marchar de vez en cuando... asi te desintoxicas
ResponderEliminarBesicos
me ha gustado la descripcion sublime del segundo parrafo, lo unico q no entendi la penultima frase q salta a una casa... no se, tal vez me he perdido
ResponderEliminarsaludos, aunq ya ni los devuelvas
Ally_trekking
Siempre deberiamos marchar, belén
ResponderEliminares una larga historia, ally, ya te la contaré un día de estos... saludos contestados
besos de lobo