1000 kms de ida y vuelta y nada en que pensar realmente. Nada que cuestionar que tú no hayas derribado ya.
De vuelta a casa, siguiendo el camino de baldosas rojo sangre. De vuelta al hogar caliente y confortable dónde me crié. Barcelona me abre los brazos como hizo hace 16 años. Ahora visto traje y no llevo equipaje y mis alas no dependen de los sueños de otros. Recorro las calles, me miro en los ojos de los demás. Turistas japoneses y suecas en celo deambulan Rambla abajo. Incluso un grupo de peruanos sigue tocando bajo la marquesina del viejo cine "El condor pasa". Al llegar al Liceu giro a la derecha y camino con las manos en los bolsillos. En la esquina de San Pau ya no hay sudamericanos haciendo transas a plena luz y el colmado de tito Josep ha cerrado hace años. Llueve y el sol se refleja bajo un manto de nubes grises en la Barceloneta. Una rubia me mira al pasar y yo sonrio sin ganas. Pensarme aquí me hace sentir bien, excepto por renunciar a tenerte.
Regresó a Plaza Catalunya y el sonido de una sirena acariciando un violín me atrae hasta la boca de metro. Dejo un par de euros en su sombrero y regreso al parking.
De vuelta, la autopista me guiña un ojo con rimmel corrido y el agua se escurre parabrisas abajo mientras suena Coltrane en el CD.
Llevas un ritmo de publicación que me supera!!! y me fastidia porque me gusta lo que leo...
ResponderEliminarBesicos
Belén, tranquila si de algo carezco es de disciplina.
ResponderEliminarbesos de lobo
Deseo que Africa sienta lo mismo que tú...me entiendes. :P
ResponderEliminarBesitos siempre tito.
Pues no sé que decirte, sobrina, Ojalá se sienta gilipollas completo por pasar de alguien tan genial...
ResponderEliminarsi en el fondo son imbéciles
besos de lobo