Impavido ante tu sentencia como quien colecciona cicatrizes.
Tembloroso y languido como un mensaje en una botella.
Resabiado y encantado de habernos conocido.
Orgulloso y sumiso como un perro lamiendo sus heridas.
Gélido y tibio como los abrazos de mamá.
Lejos de la absolución.
Irredento e insumiso ante la falta de rubor en tu rostro.
Cerrado en banda a nuevas exploraciones del cosmos inmenso.
Errático y vagando universos de lamentaciones disfrazadas de condescendencia.
Remando contra el viento, con mi vocación de salmón en vena.
Insumiso en el paraiso de los que siempre se saben perdonar.
Negando la evidencia de navegar entre brumas.
Anárquico y volátil como una molécula. Vacío.
Para Mayte, por ya sabe qué...
Melancolía desbordada
ResponderEliminarestalla contra el espejo
rostros desconocidos,silencios
ccontados entre brumas por
inocentes ángeles agradecidos.
Besos siempre Tito. ;)
A ti, sobrina. Te quiero
ResponderEliminarbesos
Inventario de estados
ResponderEliminarque termina
Vacío.
Así no debes sentirte nunca. Sólo debes presentirlo unos instantes después de soltar lo que sientes en en un papel (o blog, en este caso).
Pero vacío no te sientas.
R.