Anestesias la realidad, con pedacitos, livianos, tersos, vagos, de otra realidad, otro espejo, otra vida, otros disfraz y mascaras de bailes de salón y maquillaje para demostrar (y de paso demostrarte) que elegiste la opción correcta. La única, la mejor.
El error transversal e insomne que cabalgaba esos meses junto a tu velo de nacarada ternura y displicencia, ahora es solo una laminado sentimiento de culpa, que a veces regresa, pero tú, con la habilidad de un prestidigitador, sabes adormecer. Sabes acunarlo en noches como esta. Pulirlo y darle brillo para dejarlo, otra vez, descansar hasta la próxima rabieta. Hasta el siguiente fallo en tus defensas, firmes inquebrantables. Resuelto en tu decisión de cerrar el capítulo.
Pero sigue llorando, como una abandonada y desolada sensación de miedo y tú le escuchas tañir, una y otra vez, esa campana bruñida e insolente que anuncia el alba de tus días de vino y risas.
Porque te mueres en esta vida, y no te mueres de vivir. Te mueres de muerte, te mueres de muerte, amigo. Que es la peor de las muertes.
Para ya sabe quien...
parece un poema o versos (realmente soy un poco ignorante en esto...) de alguien q mira hacia el pasado y siente como adormecido, bueno, eso digo yo, pero a la vez, en la delgada linea de la realidad q le separa del surrealismo en el q vive
ResponderEliminarALLY_TREKKING
Hmmm... algo así, Ally. Algo así.
ResponderEliminarBesos de lobo