domingo, 16 de octubre de 2011

Tell it to me...

Al otro lado de la línea telefónica tu respiración se esparce por la habitación, de la distancia, del absurdo tiempo tangencial e inconstante en su terquedad por separarnos.

—¿Eres feliz?

Un silencio de duda y después:

—Sí, lo soy.

¿Puedo alegrarme de que lo seas sin mí? ¿Duele menos imaginarte plana, vertical y sumisa?

Te sientas en el balcón, fuera, allí abajo, los coches pasan despacio, arrojando el agua del asfalto hacia las aceras. Tom Waits canta y enciendes un cigarrillo.

Tell it to me,

Tell it to me…

El mundo, como un ente flamígero y abandonado, libre de toda culpa, siguió girando después de colgar el teléfono. Tras el odio reprimido, las copas de los árboles se mecen entre espasmos de una primavera venida a menos. De sus hojas, como ociosos gusanos, se desliza la divina amnistía entre tú y yo. Y el sol se derrama sobre nuestras cabezas insolentes.

Menos que un punto y aparte, menos incluso que un punto y final. Dejamos la página sin cerrar.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado!
    Tienes un don...o más de uno...

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  2. Cada vez lo haces mejor Lobo,,siempre has sido bueno,,pero casi eres genial, y como buen genio, un loco que nunca se pregunta si es feliz. Lo sabe perfectamente..Un beso lobo..

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