jueves, 28 de febrero de 2013

The Hope Tree

INTERIOR. HABITACIÓN DE D. 
NOCHE. TODO ESTÁ  A OSCURAS Y SÓLO LA LUZ DE LA TELEVISIÓN PARPADEA ILUMINANDO LA ESCENA

D: El sábado en el super, vi a una pareja. Ella llevaba muletas, él iba en silla de ruedas. ¡Se les veía tan compenetrados! Tan el uno por el otro... Y sentí envidia. Me planteé...  ¿Es necesario sentirte "necesitado/dependiente para saber realmente qué quieres en la vida?
O: Creo que amar es necesitar y eso nos hace vulnerables. Ya sabes... quizá ayude saberse solo o necesitar ayuda...
D: El caso es que se les cayó un paquete de pan de molde. Y hacían lo imposible por recogerlo del suelo. Ella no podía doblar las rodillas y él no alcanzaba... así que yo... me acerqué a ellos y lo recogí. Me miraron tan fijamente que... llegué a sentirme mal. Me dijeron: No, gracias.... Nos quedamos los tres mirándonos en silencio. Pedí perdón y me limité a dejar el paquete en su cesta y me alejé sin decir nada más.


Nota al Margen: Yo iba a escribir un rollo sobre amar y necesitar pero... es que la historia virgen, por una vez, me gusta más.  Así que se queda tal y cómo fue. 




martes, 26 de febrero de 2013

Meet Me At D Moon


En aquel tiempo no importaba demasiado quien tiraba de quien. Si era yo quien cargaba contigo o si tú me tomabas del brazo y me obligabas a abrir los ojos. Daba lo mismo. Lo cierto es que cada viernes de aquel verano, bajamos junto al rio y nos besabamos en aquel banco. 

Desnuda te paseabas bajo las ramas de los árboles con aire indolente, tu cabello ondulando al viento como hebras de luz. Los tobillos marcando una linea tangencial sobre el marmorero suelo y tus sandalias rebotaban en la gravilla clac-clac. Sonaba Cole Porter y el aire traía recuerdos del otro lado de la autovía. Leiamos a Cortazar mientras el sol se hundía en el oeste y lo veiamos morir entre suspiros quedos. Después, revisabamos cada palabra que escribiamos antes de hacer una pajarita de papel con aquellos renglones torcidos y la echabamos al río. Los muertos la leeran, decías mientras apurabas la copa de vino.

Al caer la noche, las estrellas flotaban sobre nosotros como un oceano incandescente. Entonces nos tumbabamos sobre la mullida hierba y el campo se llenaba de grillos y luciernagas ambarinas silbaban sobre nuestras cabezas. Te apoyabas en mi hombro y jugabamos a contar los suspiros que el bosque lanzaba a la noche. Los cantos de las hadas nos arrullaban hasta quedarnos dormidos bajo el cielo oscuro.
¿Lo recuerdas...?


sábado, 23 de febrero de 2013

Hero Of The Day

Al otro lado de la ventana copos de finales de invierno caen como ceniza de algún tipo de apocalipsis post-nuclear,  mientras el sol brilla débil como sumido en el sopor común de una mañana de sábado. Incluso llamar nieve a ese pusilánime cortina blancuzca que emite destellos de oro sería un eufemismo teñido de entusiasmo.
"S'cuse me while I tend to how I feel"

En el auricular, a kilómetros de distancia, en el centro del país, alguien me recuerda que esa sensación de que todo se derrumba alrededor es tan común e inherente a todo ser humano que no merece la pena dedicarle más tiempo que el que utilizamos para negarnos el derecho a ser-intentas-lograr ser felices. O en su defecto, con permiso de una Marylin de medio pelo que brilla sin llegar a cegar, dedicar menos esfuerzo y energía a conjugar los verbos incorrectos en los segmentos tiempo no adecuados.
"Still the window burns"

"Mi chica" se ha teñido el pelo de azul, imagino que para disimular que le afecta mi apatía vestida de destino de prota de alguna película de finales de los 60 cuando el velo en los ojos era lo que gustaba en la gran pantalla y los malos morían a decenas en cada escena en cinemascope. Pero cada beso sigue siendo tan dulce como la miel...
"Don't want your aid"

Y aquí estoy, dispuesto a salvar la papeleta al día mientras las gatas maúllan y se van instantes después dejándome con las ganas de un pasado no tan lejano como para obviarlo a tan poca distancia.
"Can't you hear your baby's crying now?"



viernes, 22 de febrero de 2013

Indolence


Resoplé como una vieja máquina espress nada más aposentar mi trasero en el sofá de 3 plazas.Un sonoro y rotundo HMMMMRRRLLL que se mezcló con el quejumbroso sonido del cuero que el asiento emitió al recibirme y que recordaba peligrosamente a un pedo. La habitación estaba fresca y olía a algún ambientador floral. Me removí nervioso en el asiento y el sofá volvió a soltar un ruidito de lo más sospechoso. 
Desde allí, si uno se asomaba podía ver al otro lado de la cristalera la calle principal, tan desierta como de costumbre a excepción de un par de furgonetas que desafiaban el sopor estival. Sus carrocerías brillaban como cagarrutas ambarinas hasta perderse en el desierto. Nubes de polvo se alzaban débiles bajo el sol del atardecer junto a la señal de entrada al pueblo. "BIENBENIDOS A APATÍA", rezaba errático. Algún hippie puesto de ácido hasta arriba lo había rotulado a mano en los setenta y tras cometer la, posiblemente, falta de ortografía más vehemente y pública del mundo, a Tell' Alie, alcalde por entonces del pueblo, no se le ocurrió nada mejor que comprar un bote de pintura negra en la ferretería local y simplemente tachar la palabra BIENBENIDOS con pulso tembloroso.


Me incorporé y rebusqué en la mesita de centro a la caza y captura de una revista que no hablase de antiguas estrellas de cine o por lo menos donde no apareciesen viejas glorias de deporte anunciando laxantes. Tras desistir en mi búsqueda me limité a observar a  mis acompañantes de modo distraido.
No se podía decir que la consulta estuviera precisamente a rebosar, pero,  encontrar a alguien más que a la señorita Pas DeBurree, enfermera y recepcionista y un par de viejos asmáticos esparando para recoger recetas de antitusivos y tal vez Diazepan, me sorprendió. En realidad eran seis personas las que me acompañaban. Además de la señorita Pas DeBurree que ojeaba un catalogo de ropa del tipo: "¡Dulce Madre de la Pedofilia Anorexica!"  había una mujer gruesa entrada en la cuarentena con el pelo recogido en una coleta, una pareja de ancianos plomizos que se miraban con gesto grave, un muchacho de unos dieciseis con un serio problema de acne y un tipo entrado en la cincuentena con las manos apoyadas mansamente sobre los muslos a las que miraba totalmente concentrado; como si temiese que fuesen a convertirse en algun tipo de garra por ensalmo o simplemente se fueran a evaporar ante sus ojos.  


Tras cinco minutos observando al Señor Manos, como le bauticé, mi interés se difuminó. Me entretuve entonces contando las baldosas del suelo y calculando mentalmente el tamaño de la sala a ojo. Cuando llevaba un total de 16 baldosas en el extremo sur y 13 en el oeste (lo que daba la cifra de 33 metros cuadrados) la voz melosa de Pas DeBurree me invitó a entrar. 
Al levantarme, el sofá hizo de nuevo un revelador ruido y habría jurado que la pareja de ancianos esbozaba una sonrisa a medio gas en su rostro cetrino. 
-¿En qué le puedo ayudar? - preguntó el doctor incluso antes de señalarme una silla donde sentarme. 
-Me aburro... ¿Tiene algo contra la apatía? -respondí encogiéndose de hombros.

jueves, 21 de febrero de 2013

Suite Arabesque n.27 Opus 41


Sabes que sigo creyendo en ti, aunque tú ya no creas en nada. Aunque aun me brotes de las
ganas.
Porque obviarte, olvidarte, prohibirte en aras de la salud mental, sería negar un mundo sin
infinitas posibilidades.

Y juro que no es por mi amor a la impredecible mecánica cuántica. ¡Oh, no! Bien sabe el dios
de las minúsculas que siempre fui un fan del viejo modelo Newtoniano.
No.
Es solo que negarte cada mañana. Apartarte de mi cabeza cada vez que la luna sopla o simplemente jugar a ser práctico sería como morir en vida.

Porque, ¿sabes? Como una vez dijiste necesito saber que existes. Saber que eres…
…aunque casi nunca estés.
¿Y qué si nunca habrá más noches ni más cielos estrellados para nosotros? ¿Qué si no habrá
más hechizos que ignorar cuando nos invadan las ganas?

Qué se joda el pragmatismo de los amores nacidos muertos y las huidas hacia adelante.
Al infierno con la utilidad y el realismo. Cuando se trata de ti y de sentir siempre elegí los
aullidos  aunque me latan en el pecho y no estás a mi lado.
Siempre me decanté por el amor suicida antes que el amor a medias.

Al fin y al cabo.
Yo nunca te amé por lo que eras… si no por como me haces ser a mí.

miércoles, 20 de febrero de 2013

I'm The Hell Outta Here

Riding the bullet over the Land of The Thousand Dreams. Empty space under my feet.
 Billions of non-recycable bad decitions or even some certains mistakes (that includes you).
 Get back to the softness of the apocriphal womb.Or make some real evaluations of time and space.
Does it feel better when you got a gun to apologize? Does it taste good don't look back?
 "Fair enough", the witchfinder says."Not even close", the lions keeper jellin' out.
 But that's not the question, I'm afraid so. Neverendum explain it self...

Not the same shit again

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