miércoles, 16 de octubre de 2013

Hoy nos cruzamos

Hoy nos cruzamos. Pero no creas que esto va de ti, lo único que hicimos siempre fue jugar a medias.
Hoy nos cruzamos. Sigues siendo rara de catalogar. Esto es lo que hizo siempre que fuese difícil frenar.

Pero no me vengas con esas ahora. Olvídate de mí porque la verdad, es que he conocido vicios mejores en los que reincidir. Placeres más cercanos a los que volver que al sexo solo para dos pijamas vacíos o los cigarrillos como excusa para no hablar.

Hoy nos cruzamos. Pero un final a medias es mejor que continuar a medio gas y sin pisar el acelerador.
Hoy nos cruzamos. Y ya no fue necesario girar la cabeza. Mejor me lo guardo para mí.

Pero no me vengas con esas ahora. Olvídate de mí porque la verdad, es que he conocido vicios mejores en los que reincidir. Placeres más cercanos a los que volver que al sexo solo para dos pijamas vacíos o los cigarrillos como excusa para no hablar..



jueves, 3 de octubre de 2013

Meditation

El aire quema como metal fundido y trae ecos del pasado. El poeta, en una ejercicio absurdo de cinismo, se ríe entre dientes mientras mira de reojo. Trae bajo el brazo un calendario.
Las aguas, mansas y sutiles de este océano se revuelven inconexas como mecidas por un dios rencoroso que no olvida ciertos segundos vividos contigo.
Me asomo a la ventana por ver si vuelves y tal vez a quien aspiro a ver es a mi unos años atrás.

martes, 24 de septiembre de 2013

Reversible


Si vuelves la casa estará vacía. Siempre supiste que no iba en serio.
No habrá deseo en la encimera, ni avispas en las tripas.
Otras vendrán, que harán la vida reversible.Por si vuelves de madrugada.
Otras vendrán, que me querrán como a un gato.
Si vuelves el bosque estará quemado. Nunca entendí el amor a medias.
Las hadas estarán empaladas, marcando el camino a tu guarida.
Otras vendrán, que harán la vida reversible. No hay bien que cien años dure.
Otras vendrán, que me querrán unas horas.



domingo, 8 de septiembre de 2013

Love & Hate

De regreso a casa, cierta sensación de confianza me invadió. La luz de los fluorescentes del techo estiraba las sombras y recreaba una atmosfera pesada y opaca. Ella seguía en el mismo lugar dónde la hubiera dejado semanas atrás: acodada en la barra de un bar, mirando distraída cierto programa de televisión con expresión divertida.
—Hola —saludo desde la ambigüedad de una actitud estudiada—. Había una bonita luna, ¿verdad?
Asentí mansamente. Me tendió un paquete de parches de nicotina mientras me guiñaba un ojo.
—Se te ha echado de menos —mentí.
—Siempre has tenido tanta memoria como cara.
Hubo un par de segundos que ella relleno con un Martini en su punto óptimo de mezcla y en algún lugar, un labrador de pelo cobrizo ladraba en la distancia. Como una mosca entretenida en un parterre, me distrajeron las finas arrugas que se formaban bajo sus ojos.
—Estás raro esta noche —dijo—. Más raro que de costumbre, quiero decir.
—Creo que me he enamorado de ti.
Un breve instante de sumisa atención se quedó flotando entre nosotros. Y justo cuando una delicada sonrisa se formaba en su boca, me miró con gravedad.
—¡Oh, Dios! ¡No estás bromeando!
—No —respondí y por alguna extraña razón que no adivinaba a conocer, creí conveniente acariciar su mano enlutada para dar vehemencia a mi asentimiento.
Sus ojos tenían un velo funesto y desde algún lugar, dolorosamente cercano al pequeño lugar donde guardaba el pedazo de alma que una vez me había mostrado, una mueca de decepción brotó para reclamar (casi para implorar) la eterna pausa que siempre  deberíamos haber sido.
—¡Joder! No me haga esto… ahora no.
—¿Ahora? ¿Ha habido algún momento adecuado? Quiero decir…
—Sé que quieres decir. Déjalo ahí.... Dejémoslo ahí. De verdad.
Sin saber muy bien por qué, deseé besarla ahora más que nunca. .
—Nunca me ha gustado toda esa morralla dialéctica dedicada a controlar nuestros pasos. ¿No eras tú quien prefería amar a querer? Vale, pues te amo. Para mi desgracia. Incluso, con un poco de tu ayuda, podría, bueno, estoy seguro… llegar a hacerlo del modo en que tú quieres. De un modo menos, futuro, menos… “nuestro”… Menos de ese modo en que siempre nos quedábamos a medias… ya sabes a que me refiero, ¿no?... ¿Cómo quieres que te quieran…? Creo que me estoy enredando con las palabras… ¡Oh, vaya! Esto empieza a ser un tanto extraño…
No hubo tiempo para más. El reloj bramó desde el otro lado de la realidad y mi sueño dentro de un sueño, mi pequeño fractal de irrealidad se destrozó contra los restos de una noche de brujas tenue y abigarrada.








“Ach! Odio-amo soñar contigo”

sábado, 31 de agosto de 2013

(Una Bonita) Dicotomía

Y te masturbas puesto de caballo.
Te dejas la piel en cada palabra.
El mar se hincha y tú te dejas llevar.
Respiras el aire que ella inhala.
Arrancando esquirlas de alma en cada beso.
Tú tenías una escalera y yo quería creer.
El tiempo pasaba deprisa.
Las chicas se iban, sin mirar atrás.
Por casualidad subimos al mismo autobús.
Aquella tarde en que nevaba ceniza.
Por si regresas aquí tienes aquel tiempo.
Los ojos rasgados, el pelo revuelto.
Cazábamos sueños con tirachinas.
Este es el verso 14 y aún no te echo de menos.


viernes, 23 de agosto de 2013

Había Química

Hace mucho que no voy por allí. Ahora que los besos se cambiaron por mensajes de móvil y los pájaros no sobrevuelan más aquella playa, miro hacia el golfo y te pienso.
Casi  eramos invencibles y la distancia parecía un escalón más
Nos emborrachábamos con nuestras bocas y manteníamos la nariz limpia. Las dudas eran una muestra más y las palabras la brújula con que viajar.
Los dos lo sabíamos pero nos creíamos los más listos y lo dejamos pasar.
¿Que tal si nos vemos cuando todo se venga abajo y el mundo estalle?
Aún te tengo en las tripas aunque ahora no quemes.
Creo que siempre haremos buen equipo porque había química aunque la razón rompiera la cuerda.




domingo, 11 de agosto de 2013

Le Roi Des Rates

Escúchale roer los huesos que antes te servían de prisión.
Las uñas arañando el suelo.
Llegan de madrugada, casi sin esperar ser esperados.
Cómo soldados tendidos al sol en un campo de minas.
Pudriéndose bajo un cielo azul eléctrico.

La manada se largó hace tiempo y a ti sólo te quedo esta vieja manía
y el gusto por los cantantes folk.
El lúgubre sonido de la maquinaria sin parar de girar.
Ondas de choque elevándose mientras las sirenas entonan el bis.
Te dejas llevar...

jueves, 1 de agosto de 2013

One Summer Night

Calor.
Casi había olvidado el verano.
Madrugada. Hay 30 grados en esta parte del mundo a la que ya solo vuelvo para aplacar la memoria. La sábana es una telaraña bajo la que me asfixio mientras recorro el cielo a lomos de una pantalla con forma de luna. El vaso con té helado deja un circulo en la repisa de la ventana.
Las orugas tratan de evitar mis torpes intentos por volver 4 años atrás. A aquel verano. El único, en justicia, que sentí que el planeta giraba bajo mis pies. El único, en verdad, en que todavía me creía capaz de amar. Uno se cree de todo si la felicidad entra por el balcón de improviso.
También aquella chica de ojos tristes me evita desde la atalaya a la que subió aquella noche que la dejé. No soy gran cosa con las chicas últimamente. O las dejo yo o me dejan ellas...
Me emborracharía si eso aliviaría mi actitud y me diera aquel viejo aire melodrámatico que solía cultivar en las noches de insomnio. Te gustaba tanto verme salir de la tormenta con cada SMS o racha de viento.
Y ahora las palabras no valen nada. Ya no trenzó recuerdos a golpe de sílaba ni mojas las bragas cuando te escribo un mail desde el exilio al que me mandó el olvido. Y de cara voy justito y de perfil simulo lecciones al vuelo. ¿Qué le vamos a hacer?
Ya no sirve de nada apelar a tu recuerdo para masturbarme cuando el presente se me queda grande. Podía imaginar un final mejor pero eso sería dar la razón a los que me dicen que si estoy solo es porque quiero estarlo (eso me incluye a mí, me temo).
He pasado estas últimas semanas en este reino de ciegos siendo un tuerto que juega a ser mejor pero solo es tan listo como el resto.
No es que sea gran cosa cuando me saco el alma de la bolsa de trucos.
No es que me importe muchas cosas, es solo buena memoria.
Pero eso, tú ya lo sabías hace mucho.


lunes, 29 de julio de 2013

Still There

A un millón de kilómetros de casa. En alguna región del espacio dejado atrás, del asfalto que quemé al salir y alejarme, en ciertos puntos de luz que marqué para regresar. Tú sigues aquí por alguna razón que desconozco.
Te apareces con la charla banal de siempre y usas mi apatía para colarte.
Mientras el mar se muestra ante mí, sumiso y febril y me hacen una propuesta editorial por mi virginidad literaria y kamikaze. Mientras el mundo enferma de muerte y los aviones sobrevuelan el horizonte ante mis ojos.
Te apareces con un cierto gusto del pasado cercano y te filtras en mis vacíos.
Las chicas casadas siempre fueron más fáciles y tú, lo recuerdo bien, nunca has estado sola. Ni aquel tipo ni el que me siguió fueron capaces de llenarte. Nunca me creí indispensable.
Te apareces con el mismo canto de sirena de siempre y yo me recostó junto al mar.


sábado, 13 de julio de 2013

Redemtion

Os pienso, y no es por las ganas de veros ni siquiera de saber de vosotras. Os pienso por lo que fui, por aquello en lo que me convertía vuestra presencia.
Por las noches en el jardín y los besos en el asiento trasero.Por las alas y las ganas de volar. Los relojes y los senderos.
Los vasos vacíos y la compañía de la sal.
Os pienso pero sobre todo me pienso. Os deseo pero sobre todo añoro la tersura de la juventud es vuestra piel.
Por la luna puta y el lápiz de labios. Por la distante estructura que se adivinaba en vuestra clavícula.
El canto de los grillos y el rumor de calles vacías...
y lo demás pertenece al terreno de lo yermo y estéril.
Pero ahora si me disculpáis iré un momento al baño, porque he de llamar a las chicas fáciles para olvidar vuestras bocas y vestidos de verano. Oh, sí. He de llamarlas para que vengas subidas a su pretenciosa actitud y se dejen los tacones en la entrada de mi piso.
Sí, he de llamar a las chicas de sonrisa sencilla y las bragas en la mano, porque algo me debe de hacer olvidar que os quise aunque fuese a medias.







No lloro por ti,
no lloro por ti,
lloro por lo mucho que quería este momento,
aquí estás tú de rodillas y me importas un pimiento.



lunes, 1 de julio de 2013

Something New

Algo nuevo, me dice el tipo del sombrero rojo. Escribe algo nuevo y deja de copiar párrafos de ese pasado tuyo tan ampuloso y gris.
Yo asiento y me retrepo en el sillón.
Frente a nosotros, el mar se hincha en una especie de gemido indolente que huele a domingo por la mañana y días más… digamos flexibles y curvos… como de vacaciones. El cielo es una burbuja azulada que brilla con el óxido de los meses de invierno. Como combustible para otra década de ir y venir.
Las chicas del verano se han alejado sin decir amén. Se han largado sin despedirse y tras coger los billetes enrollados que guardábamos en la mesa de la cocina para tiempos mejores, han dado la espalda a cualquier posibilidad que fuera más allá de ciertos momentos de cama y ducha.
¿Y qué más da? No es que sean demasiado preocupantes los tiras y aflojas de los amores a medias. No es que se me vaya la vida entre tanto corazón-a-ralentí.

La dama de los puntos suspensivos, la adorable dueña de las verdades ocultas ya no pasa por aquí. Ya no deja sus punzantes palabras en el buzón y se aleja con la sonrisa colgada de la línea de las cejas como una aprendiz de musa venida a más.

lunes, 24 de junio de 2013

F.I.N.E.

Las banderas del paseo marítimo se agitaban como, se podría decir desde un punto de vista menos oblicuo a una realidad finjida, poseidas por entes que se pasearan de este a otro mundo de un modo literal. 
Meciéndose con la brisa que traía recuerdos de un pasado turbulento, los ecos de las ropas susurraban en el relente de la noche como ángeles caidos en desgracia. Se había ido de la ciudad, y me sentía huerfano de lo poco que me daba en virtud de algún acuerdo sellado en tiempos mejores; tiempos menos asesinos y desde luego, infinitamente más tangibles.
-Debo alejarme unos días -me dijo mientras rellenaba la maleta de silencios que brillaban bajo la luz de los focos.
Yo asentí mansamente.
-¿Es alguna especie de castigo? -pregunté, aventurándome en un terreno que ya, definitivamente, me estaba vedado.
Sus ojos me miraron antes de emitir una especie de quejido que flotó por la habitación mucho más tiempo del que hubiera deseado.
Negó con la cabeza.
Fuera, un ululante fulgor lunar se filtraba por entre las rendijas de la persiana (GDJsN).
-Entonces -dije interponiéndome entre él y una pila de ropa del verano pasado-. ¿Por qué siento que esto es una especie de diaspora? Un... exilio.
-Volveré cuando estés listo. Quizá -¿algo parecido a una lágrima en sus ojos?-, cuando cruces al otro lado y lo hagas real...
Ya no hubo más respuestas. Se alejó, maleta en mano y yo me quedé viéndome alejarme de mí mismo en un exilio veraniego con sabor a Pentotal...

sábado, 18 de mayo de 2013

Tale Of The Hundred Tongues


Cuando regresas, de nuevo al hogar, donde (ya) todo es más viejo, más vacío y gris. Y el tiempo, que se agazapa en los recuerdos, en cada esquina de la sucia y gastada ciudad, listo para saltar, uñas, dientes, garras…  Y decides juguetear un poco más con la leve sensación de abandono. Y corres, corres, corres…
Anestesias la realidad, con pedacitos, livianos, tersos, vagos, de otra realidad, otro espejo, otra vida, otros disfraz y mascaras de bailes de salón y maquillaje para demostrar (y de paso demostrarte) que elegiste la opción correcta. La única, la mejor.
El error transversal e insomne que cabalgaba esos meses junto a tu velo de nacarada ternura y displicencia, ahora es solo una laminado sentimiento de culpa, que a veces regresa, pero tú, con la habilidad de un prestidigitador, sabes adormecer. Sabes acunarlo en noches como esta. Pulirlo y darle brillo para dejarlo, otra vez, descansar hasta la próxima rabieta. Hasta el siguiente fallo en tus defensas, firmes inquebrantables. Resuelto en tu decisión de cerrar el capítulo.
Pero sigue llorando, como una abandonada y desolada sensación de miedo y tú le escuchas tañir, una y otra vez, esa campana bruñida e insolente que anuncia el alba de tus días de vino y risas.
Porque te mueres en esta vida, y no te mueres de vivir. Te mueres de muerte, te mueres de muerte, amigo. Que es la peor de las muertes. 


lunes, 15 de abril de 2013

Pain

¿Qué hago con las lágrimas ahora?
¿Dónde entierro su recuerdo para que se calle?
Hay algo dentro que quiere gritar,
pero este dolor todavía es sangre.

¿Cómo convierto el dolor en luz?
¿Cuándo dejará de aullar?
Tengo el reloj pero no tengo el tiempo.
Y mientras el fuego no deja de arder.

Aún me asalta de repente y me agarra del cuello.
Me lleva al suelo y me eleva.
Y él sigue en mis tripas,
respiración crepitante. Ojos azules que me miran pero no ven.
Y se le cae de las manos y no puedo ayudarle.

Se abre paso en el pecho y no se llena con nada.



So tear me open but beware

There's things inside without a care
And the dirt still stains me
So wash me 'till I'm clean


miércoles, 20 de marzo de 2013

Azúcar en el Agua

Miro a mi padre. Tendido en la cama su respiración en calma hace subir su pecho despacio. Sus manos, agarradas a la sábana parecen dos pájaros heridos. Abre los ojos y me pide que baje un poco la persiana de la habitación. La luz de las primeras horas de la primavera se filtra como oro líquido desde el otro lado de la ventana, dónde la ciudad sigue moviéndose sin importarle la enfermedad.
Me siento a su lado otra vez y le miró de nuevo. Pienso en un azucarillo disolviéndose en un vaso de agua. Eso parece a mis ojos ahora, algo que se disuelve y duele saberlo.


domingo, 10 de marzo de 2013

Pequeño Rock`n`Roll


-Nunca fuimos los jodidos Romeo y Julieta, ¿sabes? Pero había algo entre nosotros. ¡Oh, sí! Lo había.
El sol vomitaba esquirlas de oro y en la boca uno podía sentir el sabor cobrizo del amanecer.
Mr. Gris escupió al suelo y se limpió los restos de saliva con el dorso de la mano. Antes de continuar, su compañero de viaje (el señor Verde) se limitó a entornar los ojos mirando al horizonte, como si el sol de levante le cegara.
-No es que nos juráramos amor eterno ni nada de eso. No fuimos de esa clase de amores... ya me entiendes. Tampoco es que esté ahora seguro de que fuéramos de algún tipo de amor siquiera... el tiempo pasa y bueno, la perspectiva cambia... y con el amor pasado ya se sabe. Se sobredimensionan, se amplifican.
El pequeño compañero de viaje le miraba en un hito. Pero por alguna razón que habría que atribuir a cierta ineficacia para recordar o tal vez a determinada afección que le impedía empatizar con su otro yo, no decía nada. No parecía siquiera entender del todo lo que le estaban contando.
Ajeno a ello, el señor Gris encendió un cigarrillo (él no había dejado ciertos hábitos).
-¿Recuerdas aquella canción? -dijo de improviso mientras, ceñudo, arrojaba la ceniza del Marlboro al suelo.
-¿Aquella de la puta y el hotel?
-Exacto. Siempre nos recuerda a ambos... ¿verdad?
El señor Verde se encogió de hombros por toda respuesta y antes de que la diatriba de su partener se extendiera y tocara ciertos momentos del pasado sonrojantes, cortó por lo sano. Pidió un taxi y se alejó de la escena. Reluctante y ambarino en el Renault que brillaba acerado se despidió al modo militar al otro lado de la ventanilla de  copiloto.
-Hm.. sí, nos queríamos pero.. era tan poco práctico -murmuró cuando el coche se perdía tras la primera curva.

sábado, 2 de marzo de 2013

Fuoco e ghiaccio (Irreversible)


La casa estaba en llamas. 
Nada se podía hacer, excepto recrearse en el delicado momento en que el fuego prendió.
La entropía, las decisiones tomadas, el terso aroma de las hojas del verano.
Cómo hebras de luz dispersa, las palabras se perdieron durante el accidente.
Se perdieron también las fotografías y las cartas llenas de cierto amor empalagoso y rebuscado
El humo antecedió al fuego, las llamas y los rostros arrugados volviendo los ojos arrasados.

El reloj, las hormigas, la tibieza, el olor del napalm como en Apocalypse Now.
Las bocas ya no eran suficientes para capear el temporal y se refugiaron en otras. 
Las manos ya no fueron justas con lo irreversible y se alejaron como estrellas errantes.
Los malentendidos, la campana anunciando el final de los tiempos. 
Las ratas abandonaron  la nave. Tú el comburente o tal vez el combustible.



Écrire un samedi matin sur le boulevard le Corbusier




jueves, 28 de febrero de 2013

The Hope Tree

INTERIOR. HABITACIÓN DE D. 
NOCHE. TODO ESTÁ  A OSCURAS Y SÓLO LA LUZ DE LA TELEVISIÓN PARPADEA ILUMINANDO LA ESCENA

D: El sábado en el super, vi a una pareja. Ella llevaba muletas, él iba en silla de ruedas. ¡Se les veía tan compenetrados! Tan el uno por el otro... Y sentí envidia. Me planteé...  ¿Es necesario sentirte "necesitado/dependiente para saber realmente qué quieres en la vida?
O: Creo que amar es necesitar y eso nos hace vulnerables. Ya sabes... quizá ayude saberse solo o necesitar ayuda...
D: El caso es que se les cayó un paquete de pan de molde. Y hacían lo imposible por recogerlo del suelo. Ella no podía doblar las rodillas y él no alcanzaba... así que yo... me acerqué a ellos y lo recogí. Me miraron tan fijamente que... llegué a sentirme mal. Me dijeron: No, gracias.... Nos quedamos los tres mirándonos en silencio. Pedí perdón y me limité a dejar el paquete en su cesta y me alejé sin decir nada más.


Nota al Margen: Yo iba a escribir un rollo sobre amar y necesitar pero... es que la historia virgen, por una vez, me gusta más.  Así que se queda tal y cómo fue. 




martes, 26 de febrero de 2013

Meet Me At D Moon


En aquel tiempo no importaba demasiado quien tiraba de quien. Si era yo quien cargaba contigo o si tú me tomabas del brazo y me obligabas a abrir los ojos. Daba lo mismo. Lo cierto es que cada viernes de aquel verano, bajamos junto al rio y nos besabamos en aquel banco. 

Desnuda te paseabas bajo las ramas de los árboles con aire indolente, tu cabello ondulando al viento como hebras de luz. Los tobillos marcando una linea tangencial sobre el marmorero suelo y tus sandalias rebotaban en la gravilla clac-clac. Sonaba Cole Porter y el aire traía recuerdos del otro lado de la autovía. Leiamos a Cortazar mientras el sol se hundía en el oeste y lo veiamos morir entre suspiros quedos. Después, revisabamos cada palabra que escribiamos antes de hacer una pajarita de papel con aquellos renglones torcidos y la echabamos al río. Los muertos la leeran, decías mientras apurabas la copa de vino.

Al caer la noche, las estrellas flotaban sobre nosotros como un oceano incandescente. Entonces nos tumbabamos sobre la mullida hierba y el campo se llenaba de grillos y luciernagas ambarinas silbaban sobre nuestras cabezas. Te apoyabas en mi hombro y jugabamos a contar los suspiros que el bosque lanzaba a la noche. Los cantos de las hadas nos arrullaban hasta quedarnos dormidos bajo el cielo oscuro.
¿Lo recuerdas...?


sábado, 23 de febrero de 2013

Hero Of The Day

Al otro lado de la ventana copos de finales de invierno caen como ceniza de algún tipo de apocalipsis post-nuclear,  mientras el sol brilla débil como sumido en el sopor común de una mañana de sábado. Incluso llamar nieve a ese pusilánime cortina blancuzca que emite destellos de oro sería un eufemismo teñido de entusiasmo.
"S'cuse me while I tend to how I feel"

En el auricular, a kilómetros de distancia, en el centro del país, alguien me recuerda que esa sensación de que todo se derrumba alrededor es tan común e inherente a todo ser humano que no merece la pena dedicarle más tiempo que el que utilizamos para negarnos el derecho a ser-intentas-lograr ser felices. O en su defecto, con permiso de una Marylin de medio pelo que brilla sin llegar a cegar, dedicar menos esfuerzo y energía a conjugar los verbos incorrectos en los segmentos tiempo no adecuados.
"Still the window burns"

"Mi chica" se ha teñido el pelo de azul, imagino que para disimular que le afecta mi apatía vestida de destino de prota de alguna película de finales de los 60 cuando el velo en los ojos era lo que gustaba en la gran pantalla y los malos morían a decenas en cada escena en cinemascope. Pero cada beso sigue siendo tan dulce como la miel...
"Don't want your aid"

Y aquí estoy, dispuesto a salvar la papeleta al día mientras las gatas maúllan y se van instantes después dejándome con las ganas de un pasado no tan lejano como para obviarlo a tan poca distancia.
"Can't you hear your baby's crying now?"



viernes, 22 de febrero de 2013

Indolence


Resoplé como una vieja máquina espress nada más aposentar mi trasero en el sofá de 3 plazas.Un sonoro y rotundo HMMMMRRRLLL que se mezcló con el quejumbroso sonido del cuero que el asiento emitió al recibirme y que recordaba peligrosamente a un pedo. La habitación estaba fresca y olía a algún ambientador floral. Me removí nervioso en el asiento y el sofá volvió a soltar un ruidito de lo más sospechoso. 
Desde allí, si uno se asomaba podía ver al otro lado de la cristalera la calle principal, tan desierta como de costumbre a excepción de un par de furgonetas que desafiaban el sopor estival. Sus carrocerías brillaban como cagarrutas ambarinas hasta perderse en el desierto. Nubes de polvo se alzaban débiles bajo el sol del atardecer junto a la señal de entrada al pueblo. "BIENBENIDOS A APATÍA", rezaba errático. Algún hippie puesto de ácido hasta arriba lo había rotulado a mano en los setenta y tras cometer la, posiblemente, falta de ortografía más vehemente y pública del mundo, a Tell' Alie, alcalde por entonces del pueblo, no se le ocurrió nada mejor que comprar un bote de pintura negra en la ferretería local y simplemente tachar la palabra BIENBENIDOS con pulso tembloroso.


Me incorporé y rebusqué en la mesita de centro a la caza y captura de una revista que no hablase de antiguas estrellas de cine o por lo menos donde no apareciesen viejas glorias de deporte anunciando laxantes. Tras desistir en mi búsqueda me limité a observar a  mis acompañantes de modo distraido.
No se podía decir que la consulta estuviera precisamente a rebosar, pero,  encontrar a alguien más que a la señorita Pas DeBurree, enfermera y recepcionista y un par de viejos asmáticos esparando para recoger recetas de antitusivos y tal vez Diazepan, me sorprendió. En realidad eran seis personas las que me acompañaban. Además de la señorita Pas DeBurree que ojeaba un catalogo de ropa del tipo: "¡Dulce Madre de la Pedofilia Anorexica!"  había una mujer gruesa entrada en la cuarentena con el pelo recogido en una coleta, una pareja de ancianos plomizos que se miraban con gesto grave, un muchacho de unos dieciseis con un serio problema de acne y un tipo entrado en la cincuentena con las manos apoyadas mansamente sobre los muslos a las que miraba totalmente concentrado; como si temiese que fuesen a convertirse en algun tipo de garra por ensalmo o simplemente se fueran a evaporar ante sus ojos.  


Tras cinco minutos observando al Señor Manos, como le bauticé, mi interés se difuminó. Me entretuve entonces contando las baldosas del suelo y calculando mentalmente el tamaño de la sala a ojo. Cuando llevaba un total de 16 baldosas en el extremo sur y 13 en el oeste (lo que daba la cifra de 33 metros cuadrados) la voz melosa de Pas DeBurree me invitó a entrar. 
Al levantarme, el sofá hizo de nuevo un revelador ruido y habría jurado que la pareja de ancianos esbozaba una sonrisa a medio gas en su rostro cetrino. 
-¿En qué le puedo ayudar? - preguntó el doctor incluso antes de señalarme una silla donde sentarme. 
-Me aburro... ¿Tiene algo contra la apatía? -respondí encogiéndose de hombros.

jueves, 21 de febrero de 2013

Suite Arabesque n.27 Opus 41


Sabes que sigo creyendo en ti, aunque tú ya no creas en nada. Aunque aun me brotes de las
ganas.
Porque obviarte, olvidarte, prohibirte en aras de la salud mental, sería negar un mundo sin
infinitas posibilidades.

Y juro que no es por mi amor a la impredecible mecánica cuántica. ¡Oh, no! Bien sabe el dios
de las minúsculas que siempre fui un fan del viejo modelo Newtoniano.
No.
Es solo que negarte cada mañana. Apartarte de mi cabeza cada vez que la luna sopla o simplemente jugar a ser práctico sería como morir en vida.

Porque, ¿sabes? Como una vez dijiste necesito saber que existes. Saber que eres…
…aunque casi nunca estés.
¿Y qué si nunca habrá más noches ni más cielos estrellados para nosotros? ¿Qué si no habrá
más hechizos que ignorar cuando nos invadan las ganas?

Qué se joda el pragmatismo de los amores nacidos muertos y las huidas hacia adelante.
Al infierno con la utilidad y el realismo. Cuando se trata de ti y de sentir siempre elegí los
aullidos  aunque me latan en el pecho y no estás a mi lado.
Siempre me decanté por el amor suicida antes que el amor a medias.

Al fin y al cabo.
Yo nunca te amé por lo que eras… si no por como me haces ser a mí.

miércoles, 20 de febrero de 2013

I'm The Hell Outta Here

Riding the bullet over the Land of The Thousand Dreams. Empty space under my feet.
 Billions of non-recycable bad decitions or even some certains mistakes (that includes you).
 Get back to the softness of the apocriphal womb.Or make some real evaluations of time and space.
Does it feel better when you got a gun to apologize? Does it taste good don't look back?
 "Fair enough", the witchfinder says."Not even close", the lions keeper jellin' out.
 But that's not the question, I'm afraid so. Neverendum explain it self...

Not the same shit again

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