martes, 26 de febrero de 2013

Meet Me At D Moon


En aquel tiempo no importaba demasiado quien tiraba de quien. Si era yo quien cargaba contigo o si tú me tomabas del brazo y me obligabas a abrir los ojos. Daba lo mismo. Lo cierto es que cada viernes de aquel verano, bajamos junto al rio y nos besabamos en aquel banco. 

Desnuda te paseabas bajo las ramas de los árboles con aire indolente, tu cabello ondulando al viento como hebras de luz. Los tobillos marcando una linea tangencial sobre el marmorero suelo y tus sandalias rebotaban en la gravilla clac-clac. Sonaba Cole Porter y el aire traía recuerdos del otro lado de la autovía. Leiamos a Cortazar mientras el sol se hundía en el oeste y lo veiamos morir entre suspiros quedos. Después, revisabamos cada palabra que escribiamos antes de hacer una pajarita de papel con aquellos renglones torcidos y la echabamos al río. Los muertos la leeran, decías mientras apurabas la copa de vino.

Al caer la noche, las estrellas flotaban sobre nosotros como un oceano incandescente. Entonces nos tumbabamos sobre la mullida hierba y el campo se llenaba de grillos y luciernagas ambarinas silbaban sobre nuestras cabezas. Te apoyabas en mi hombro y jugabamos a contar los suspiros que el bosque lanzaba a la noche. Los cantos de las hadas nos arrullaban hasta quedarnos dormidos bajo el cielo oscuro.
¿Lo recuerdas...?


1 comentario:

  1. Cómo siempre..... genial. Me gusta que hayas vuelto. Te beso

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