martes, 28 de julio de 2009

Cuento Por SMS III

Primera parte aquí...

Segunda parte aquí...



La pequeña lagartija siguió recorriendo la isla, un tanto apesadumbrada por su encuentro con los orgullosos y altivos loros, pero no dejó que aquella mala experiencia le inquietara y continuó su busqueda.

Días después y cuando ya comenzaba a pensar que era el único ser aparte de los pretenciosos pájaros y el árbol que hablaba en la isla, la casualidad quisó que se topará de bruces con una escena insólita: en un claro de la selva, rodeado de la exhuberante vegetación de la isla, un hipopótamo se afanaba en la construcción de algún tipo de utensilio de dimensiones grandiosas que nuestra reptilinea amiga no supo adivinar.

Tac-tac, resonaban en la selva los martillazos que el enorme animal daba. Lentamente, se acerco al paquidermo y le saludó:

-Hola -espetó con timidez.

Cómo vio que el hipopótamo no reaccionaba, la lagartija tosió a modo de llamar su atención y volvió a lanzar su saludo en un tono de voz un poco más alto:

-¡Hola!

A sus palabras, el paquidermo se giró sobre sus... talones(?) y se le quedó mirando en un hito. Pero no dijo nada, se limitó a enarcar las cejas y regesó a su labor.

La lagartija, curiosa por naturaleza trató de mirar por encima del hombro del enorme paquidermo. Cómo era de esperar no consiguió ver nada, así pues. Dio un brioso saltito y se colocó a la derecha del hipopótamo.

-¿Qué estás haciendo? -preguntó.

-Construyo algo -dijo su interlocutor sin prestarle demasiada atención.

-¿Qué construyes?

-Un globo.

-¿Para qué?

-Para volar.

-¿Adónde?

A esa pregunta, el hipopótamo dejó el martillo con que estaba golpeando y el silencio se apoderó de la jungla.

-Eres una lagartija de lo más preguntona -exclamó malhumorado.

Nuestra protagonista se encogió de hombros, o hizo un gesto similar que en el mundo de los reptiles significa "lo siento" y un ligero rubor pobló sus en otra hora verdes mejillas.

El paquidermo suspiró y resignado a dar explicaciones a su nueva molesta compañera comenzó a narrar su historia y que no fue otra que la que sigue:

-Hace muchos años, como los hipopótamos vienen haciendo desde el principio de los tiempos, mi familia emigró hasta esta isla durante la estación cálida, provenientes del continente del que somos naturales. Pero al poco tiempo de nacer yo, mamá y papá murieron... Así pues, me quedé solo en esta isla. Ya puedes imaginar lo solo y triste que me he sentido desde entonces siendo yo el único miembro de mi especie. Durante años he esperado con paciencia que las alitas que deberían crecerme en la espalda y con las que regresaría al lugar del que viene mi gente crecieran pero por alguna razón que desconozco no acaban de salirme y harto de esperar, he decidio construir un globo con que surcar los cielos y regresar al lugar al que pertenezco.

-Pues yo soy una lagartija que quiere conocer el mundo -dijo como toda respuesta a la historia del hipopótamo la pequeña lagartija. Y se quedó tan pancha.

Y es que, obviando los nulos conocimientos de biología de nuestra simpatica protagonista, ciertamente la idea de que un hipopótamo tuviese alas y siguiese una suerte de patrón migratorio, no era en modo alguno una idea descabellada... al menos, no más que la que un hipopótamo manejando un martillo sin pulgares oponibles. Así que...

-Pues no estás en el mejor lugar para conocer el mundo -dijo con sorna el paquidemo-. Esta isla es más bien pequeña y no sé yo si se ajusta a lo que buscas. Mejor haces como yo y te vas a otro lugar...

La mañana transcurrió placidamente, acompañada de los rotundos martillazos que el hipopótamo daba y con la pequeña lagartija interrogándole sobre todo cuanto se le pasaba por la cabeza. Hasta que a nuestra lagartija, que poseía un corazón tan grande como su curiosidad pero, muy rápida pensando no era precisamente, se le ocurrió una idea que expresó a su nuevo compañero.

-¿Y si nos vamos los dos en tu globo?

-Imposible -negó el hipopótamo-. Esta nave está pensada para mantener en el aire exactamente mi peso y las provisiones que necesito durante el viaje. Lo siento, no hay lugar para ti.

Efectivamente, una enorme pila de platanos se hallaba a pocos pasos lista para ser embarcada en cuanto el hipopótamo finalizara su labor.

Es fácil imaginar lo apesadumbrada que se sintió la lagartija pero, que nadie se preocupe porque en el próximo capítulo veremos como las lagartijas son bastante más astutas de lo que sus fragiles cuerpecillos parecen decir y se les da bastante bien colarse en las barquillas de globos construidos por hipopótamos que se creen pájaros.



Continuará...

1 comentario:

  1. =) jejeje, me he reido, ya puedes hacer como madonna.ciccone: escribir cuentos para niñ@s

    Q gracioso eres cuando te pones ;)
    ( se giro sobre sus ¿talones?....o manejando un martillo sin dedos ponibles...) de verdad me he descojonao de risa

    A ver q nos depara la nueva aventura de la lagartija aventurera

    ally_trekking
    P.D.: habra q ver la peli UP-PIXAR, el escenario esta inspirado en el TEPUY RORAIMA de VZLA, hasta ahi fueron los diseñadores =) y ademas es en 3D

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