miércoles, 17 de junio de 2009

Cuento por SMS I

La Increible Historia de la Lagartija que Quería Conocer Mundo (versión extendida)

Erasé una vez, una pequeña lagartija en una pared. Cada mañana, se encaramaba trepando por los ladrillos y se pasaba las horas muertas tendida al sol. No hacia, ciertamente dirás, nada más que de lo que su especie se esperaba. Pero te equivocas si eso crees: nuestra pequeña amiga, tenía en mente más cosas que las del resto de lagartijas comunes que hayas podido ver y cada mañana, se quedaba largas horas mirando al horizonte haciendose preguntas.
-¿Cómo es el mundo? -se decía una y otra vez-. ¿Qué hay detrás de aquella delgada linea donde acaba el prado? -consultaba a las lagartijas más viejas de la pared sin encontrar respuesta-. ¿Qué asombrosas criaturas hay aparte de yo sobre este planeta? - se preguntaba.
Su madre, una lagarta de mucho cuidado, le reprimía y le animaba a dejar de tener tantas cosas en la cabeza, que como es sabido ocupan espacio y no sirven para nada, y con malos modos pero armada de paciencia le conminaba a seguir haciendo tan sólo, lo que desde tiempos inmemoriables de las lagartijas se esperaba; o sea, nada.
Nuestra pequeña amiga escuchaba a su madre y quería hacerle caso pero, por mucho que se afanara en apagar la vovecilla y por mucho que se esforzara, la pequeña lagartija no encontraba el interruptor que secaba las palabras que nadaban en su cabecita.
Y así transcurrieron meses y años y no pasaba nada. Hasta que cierto día, una botella fue a parar allí, vaya usted a saber por qué caprichoso ardid del destino.
Nuestra pequeña amiga se quedó mirando largo rato aquel envase de cristal, que junto a la pared tirado brillaba al sol de la mañana como el fuego, y de repente, cuando menos pensaba, que es cuando las ideas aparecen, se le ocurrió algo. Se metería dentro de la botella y se lanzaría al mar en busca de aventuras.
No es menester de este narrador relatar las peripecias que la joven lagartija hubo de pasar para lograr arrastrar la botella al mar, que creedme fueron muchas, ni siquiera poner en duda como un insignificante reptil puede tener conocimientos tan avanzados de navegación. No. Yo me limitaré a contar lo sucedido. Así que dejad de fruncir el ceño y seguid leyendo.
Así pues, lagartija y botella vagaron a la deriva entre olas de espuma.
-Este viaje - se lamentaba la lagartija-, está resultando ser tan aburrido como salado....
Semanas pasaron sin que otra cosa sucediera, aunque bien pudieron ser meses o tal vez años, pues bien sabido es que las lagartijas pierden la noción del tiempo en altamar, hasta que cierto día, la fortuna, o más bien los caprichosos vientos hicieron recalar la botella en una playa de una remota isla de aquel remoto mar.



Continuará...

2 comentarios:

  1. siiii me gusta me gusta.....eres increíble de que forma cambias tu manera de escribir....tu estado de ánimo se advierte en tus palabras.

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  2. es muy bonita la historia,,, y, seguro, la largatija despues de tanto viajar, fue a parar a ARUBA,,, ORANGESTAD, y por eso la niña es el animal consentido de la isla, q hasta en los lobby de los hoteles te las encuentras, son muy respetadas, ya q son el animal nacional (ES EN SERIO) ^:^

    P.D.: me han gustado dos frases:
    * Su madre, UNA LAGARTA de mucho cuidado, le reprimía y le animaba a dejar de tener tantas cosas en la cabeza, que como es sabido ocupan espacio y no sirven para nada
    * Así que dejad de fruncir el ceño

    ALLY_TREKKING

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