martes, 12 de mayo de 2009

De Cuando Conocí al Demonio (extracto)


Cómo en una colosal colmena, centenares de pequeñas cabinas cuadradas de alrededor de cinco pies de lado y separadas por una pared entarimada se extendían a nuestro alrededor. Ordenadas en hileras, que guardaban una distancia entre sí que nos permitía circular entre ellas el uno junto al otro, recorrimos aquel fantástico pasillo sumido en la penumbra. Ocultos tras una discreta cortina algunos, sin nada que impidiese echar un vistazo a su interior otros, conseguí ver siluetas en el interior de aquellas celdas, de otras personas que hablaban en voz baja y parecían ajenos a nuestra presencia mientras desfilábamos entre ellos.
—No temas mirar —adivino mi pensamiento el demonio—. Si dejas la cortina corrida es una señal de que no sientes pudor ante los que miramos en su interior.
Seguimos caminando por entre aquellos departamentos, y que a mí se me antojaron como celdas de una colmena. En una de aquellas celdillas pude vislumbrar la figura de una mujer cabalgando sobre un hombre totalmente entregados a la pasión y al mas banal de los placeres, en otra, dos muchachas vestidas a la manera de hombres se besaban sin reparo alguno mientras eran observadas por un hombre vestido de mujer que les sonreía complacido.
Conté más de treinta de aquellas celdas solo en la hilera que recorrimos hasta llegar a una vacía donde el demonio me hizo pasar, imagine que el resto de las que quedaban en el pasillo estarían vacías y también quien pasara por allí podría mirarnos. Para mi alivio ella corrió las cortinas de terciopelo rojo, dotándonos de una intimidad que yo anhelaba y agradecí.
Entramos al interior de una de aquellas celdillas.
También aquel reducido espacio estaba tenuemente iluminado por una luz verdosa que no pude adivinar de donde procedía.
Sentados tal y como estábamos no supe muy bien que decir y dediqué aquellos incómodos momentos a inspeccionar con mayor detenimiento el interior de la celdilla. En el centro una mesa sobre la que reposaban dos copas y una botella de vino, que imagine ella había puesto allí, nos daban la bienvenida. Sobre nuestras cabezas, una lámpara de petróleo apagada se balanceaba parsimoniosamente estirando nuestras sombras por el suelo de madera.
—Tengo algo que darte. Tu pequeña recompensa —dijo de improviso.
Buscó en la esquina más cercana a ella y me tendió grácil un libro que tomé sorprendido entre mis manos.
Se trataba de un ejemplar de dimensiones considerables encuadernado en piel marrón y con el lomo reforzado con tiras doradas.
—“Las mil fábulas” —leí directamente de la portada.
—No es un libro cualquiera, mi niño, este es mágico. Llévalo contigo cada día del resto de tu vida.
Debió notar en mi gesto adusto e incrédulo que hacia tiempo que yo no creía en magia alguna.
—Ábrelo por cualquier página —me reto—. Ábrelo y lee un párrafo al azar.
Así como lo pido lo hice, tras lo cual me ordenó, rogándome antes que memorizase la pagina que había leído, cerrarlo y agitarlo ante mis ojos.
—Hazlo —insistió ante mi sorpresa—, agítalo ante ti y vuelve a leer el párrafo que antes leíste.
Sostuve el volumen ante mis ojos unos segundos tras los cuales lo agite frente a mi, sin saber muy bien adonde me llevaría todo aquello. Realizado tal absurdo proceder, busque entre sus páginas el párrafo que instantes antes había leído. Para mi completa sorpresa, este había cambiado. Quiero decir que sus palabras y lo que en él se narraba era diferente al que hacia tan solo unos segundos había pasado frente a mis ojos. Traté de buscar explicación en un error en la encuadernación del libro, y llegué a pensar que todas sus páginas tenían la misma numeración y allí se encontraba el truco de tan sorprendente acto.
El demonio sonrió con sorna y dio una explicación a lo que allí sucedía y que no alcanzaba yo a entender.
—Cada vez que lo agitas, cada vez que lo cierras, las palabras que en él habitan cambian de lugar caprichosas y juguetonas, por eso es el libro de las mil fábulas, mi niño... es magia, no trates de entenderlo, solo disfrútalo. Tal y como debería ser la vida, un libro que nos cuente una nueva historia cada nuevo día...
Quedé yo sumiso en mis propias meditaciones sobre lo maravilloso de un libro que jamás tuviese final y que se rescribiese a sí mismo burlándose de tal manera del oficio de escritor, que siempre había juzgado yo como él más sagrado de cuantos podían existir. El sonido del dulce vino llenando las copas me sacó de aquel ensimismamiento.
—Brindemos de nuevo —exclamo con un repentino tono de voz alegre y jovial—. Brindemos por una vida en la que aun hay lugar para las sorpresas y los sucesos inexplicables.
—Me queda tanto para eso —dije melancólicamente—, me resta tanto para esa vida de la que me hablas...
—Déjame enseñarte a ver el mundo con otros ojos, mi niño, déjame mostrarte que hay cosas que se escapan a las reglas que rigen el universo, que niegan la lógica y se burlan de la razón. No prometo estar allí para saciar tus dudas, pero si que sembraré en tu gastada alma, como si fueras nuevo en todo, un millón de preguntas, de montañas que tú mismo tendrás que escalar, sin saber si lo que hallaras en la cumbre merecerá el esfuerzo. Pero he de advertirte que ese es un camino que debes recorrer solo. Tienes mi palabra que el dolor que sentirás lo compensara una visión de cuanto te rodea que jamás imaginaste existiría. Sólo hay un mundo, mi tesoro, pero hay otros ojos con que mirarlo, ese es el truco, el pequeño truco que hará que cada día sea diferente al anterior. No mejor, ni menos malo, solo diferente, porque, mi dulce descubrimiento, esa es la clave que te librara de morir en vida...

4 comentarios:

  1. Mmmm... Ay, estos demonios, sabios y tentadores.... Tu demonio es una "ella", muy curioso, pero lógico. Me gusta este "extracto", a ver si pones algo más... Y muchas gracias por tu comentario sobre mi en el blog de Ann y Marc, me ha hecho mucha ilu... Un petó de llop per tu. Te llevo en mi corazón...

    P.D. Jejeje la palabra de control que me ha tocado escribir es "pretiest" (mmm...¿la más bonita? nooooo.....jajajaja)

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  2. Un altra per tu, cel. A tui también se te lleva en el cor...
    besos de lobo

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  3. Yo ya me he liado, pero no es novedad...porque me he imaginado otro demonio que quizás no era y claro luego con el demonio y la demonia y...bueno.

    Besito Tito.

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  4. Mayte, tú sabes mucho jejejejeje
    besos, sobrina... te quiero

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