jueves, 29 de marzo de 2012

Green


Cuando abrí la puerta, la sonrisa de Verde me deslumbró desde el otro lado.
—¿Me recuerdas? —dijo.
—Vagamente…
Sin esperar mi invitación, cruzó el umbral y entró. Al pasar junto a mí, una delicada atmosfera de lavanda me roció y una leve punzada de recuerdo me alcanzó de lleno.
Conocía a Verde desde hacía mucho. En otra vida, en otro cruce, en otro universo, habríamos tenido una oportunidad, en esta partida las cartas venían marcadas y nos limitamos a acostarnos por un par de abrazos que sanaran heridas.
—Ha pasado mucho tiempo —dijo quitándose el abrigo.
—No lo recuerdo —me defendí.
Hizo un breve mohín y revisó la habitación con sus ojos de jade. Al hacerlo sus cejas se alzaron y algo parecido a un signo de interrogación se formo en su frente.
—Así que… ¿este es el lugar donde te refugias cuando huyes de todo? Me ha costado dar contigo.
Me encogí de hombros y le ofrecí un trago. No estaba demasiado seguro de saber dónde estaba el mini-bar pero por alguna razón, tenía la certeza de que había uno en aquella habitación.
Nos sentamos en la terraza. Anochecía y una débil bruma desfilaba en dirección al puerto. Las farolas brillaban débilmente y en unión con la niebla, creaban una atmósfera nebulosa. Tenue. Como la textura de las capas de una cebolla.
—¿Te importa si enciendo un cigarrillo? Alguien me ha dicho que te has vuelto un tanto talibán con esto del tabaco —pregunto. Y me pareció que mi respuesta no tendría importancia, así que me encogí de hombros.
Sacó un paquete de Marlboro del fondo de su bolso y encendió un cigarrillo. Una columna de humo azulado se elevó en dirección al techo. 
Fuera, la noche se deslizaba ágil tras los cristales.  
—¿Y para qué me has estado buscando? —pregunté.
—Es lo que siempre me pregunto a mí misma —respondió ahogando una sonrisa en sus labios—. Creo —continuó sacudiendo la ceniza del cigarrillo—, que es porque eres un borde incluso follando.
—No entiendo.
—Los tíos sólo se acuestan con mujeres por una razón. Las mujeres por muchas. Eso es una de las características que mejor nos diferencian. Pero tú, eres capaz de hacerlo incluso porque estás cabreado. Eso te convierte en un valor intermedio.
—Una lesbiana…
—Algo así.
Me quedé mirando el oscuro cielo. Las estrellas parpadeaban como luces de un club de carretera.
—Es el halago más raro que jamás me han hecho —dije—. Porque… ¿Era un halago? ¿No?
Sonrió y me besó.
Bocas, dedos, dientes, manos, caderas, genitales, lenguas, cabello… piel.
Cuando la premura de las sábanas cedió nos quedamos los dos mirando el techo. Una grieta desfilaba por su superficie lechosa, resquebrajando ligeramente la escayola.
Por pura inercia besé su hombro desnudo y algo parecido a la tristeza brilló en sus ojos. También yo, con los ojos clavados en la grieta que se extendía sobre mi cabeza me sentí de repente invadido por una ligera ansiedad.
Como un sudario, aquel sentimiento se deslizó sobre mí. Me aferro de las muñecas y me mordió en el pecho. Saltó, como un pájaro herido por mi estómago y se metió en mis tripas.
¿Aquello era todo cuanto me esperaba? Eché de menos el saberme amando y conjugar el futuro en segunda persona. Anhelé brazos y piernas, y dedos y oídos de alguien a quien querer. Y hubiera llorado si mi antipatía no hubiera andado lista y hubiera echado a Verde de mi cama. A regañadientes, fingiendo sentirse ofendida la acompañé hasta el peaje de aquel mundo y la mandé de regreso al mundo real.
De regreso a la quietud de la habitación, la oscuridad invadía todo. Una oscuridad pegajosa, mezquina y abocada a devorar todo, se deslizaba por las paredes de aquel lugar, como un velo invisible de miedo. Salí a la terraza y tomé aire. Como uno de esos engranajes que se oxidan, algo había saltado en pedazos dentro de mí y las esquirlas de metal se habían clavado en el pozo de mi ser con fuerza. Regresé dentro y me vestí deprisa.

1 comentario:

  1. los mil pedazos que saltaron dentro de ti, y esa angustia compartida,ella seguro que tambien se la llevo hasta el peaje de paso a su mundo..y nunca entendio porque todo se volvio agonico..

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